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El Santuario presenta 50% de avance en su construcción; le faltan 50 años más

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La Paz, Baja California Sur (BCS).- La primera piedra del Santuario de Guadalupe, ubicado en la colonia Pueblo Nuevo, en La Paz, Baja California Sur, fue colocada el 12 de octubre de 1945, según indicó el padre Arturo García Fernández, párroco del recinto. A través de estos setenta años de construcción, el avance que se tiene para llegar a la edificación final es de un 50%, según calcula el arquitecto Alfredo Tinoco Reyes, director y responsable de la obra de remodelación del Santuario.

Hasta el momento, los responsables de esta edificación manifiestan no conocer el monto de inversión exacto que se ha aplicado, pero aseguraron que presenta “grandes avances visibles para todos”. El Padre Arturo indica que anualmente los donativos de los fieles llegan a alcanzar el millón de pesos, pero a estos se deben restar los costos de operación que resultan de la actividad parroquial.

“Hace unos 20 años se intensificaron los trabajos […] De obra negra ya tenemos un 80% construido, pero lo más caro y difícil son los acabados, de ahí tendremos apenas un 25% ó 30% […] no sabemos cuánto se ha invertido, nosotros vamos construyendo al día con los recursos que contamos […] Recordemos que esta no es una obra normal, es una remodelación majestuosa en una construcción muy amplia” indicó el arquitecto Alfredo Tinoco.

Al interior del Santuario, se puede apreciar una cúpula blanca en lo más alto del templo. Hasta el momento, esa única parte de la construcción representó una inversión de 50 millones de pesos, a reserva de los gastos que se deriven de la construcción de sus acabados, que contempla entre otras cosas, un recubrimiento en bronce.

Cúpula Santuario

Al ser cuestionados sobre el tiempo restante para la conclusión del Santuario, el párroco sólo alcanzó a opinar que “sólo Dios sabe”; por su parte, el arquitecto estimó que al ser una cimentación para una construcción muy grande, podrían faltar unos 50 ó 60 años para su finalización y admitió: “Yo no lo voy a terminar. Es más, si mi hijo fuera arquitecto, que no lo es, dudaría mucho que él pudiera terminarlo”.

El Patronato del Santuario Guadalupano, conformado por más de 50 personas, es el comité que se encarga de administrar los recursos y organizar en conjunto con la oficina parroquial actividades como el “Kilómetro de Cemento”, en el que reciben donaciones del material en especie para la construcción; algunas rifas de regalos; este año -2015- serán dos autos último modelo, venta de antojitos mexicanos, la organización de fiestas parroquiales conocidas como “quermeses”: la venta de criptas para depósito de cenizas; y hasta en el escritorio de la secretaria del padre hay un letrero que reza: “Toda intención que anote para mención en misa requiere de una aportación”.

Por otro lado, el arquitecto aseguró que “conforme vamos juntando -dinero- vamos comprando -materiales-”. Cuando la parroquia no tiene el dinero suficiente, suelen solicitar algunos créditos del obispado. Sin precisar cuál es la cantidad que deben, Tinoco Reyes aclaró que ninguno de los dos arquitectos y cuatro ingenieros que conforman el Comité Técnico del Patronato, presidido por Luis Farah de Anda, cobra un solo peso por su aportación al Santuario.

Según cuenta el Padre Arturo, en años pasados se percibía una mayor aportación por parte de la comunidad, pero a decir de su experiencia en los dos años que ha estado al frente del Santuario, calificó su comunidad parroquial como “muy unida”. Existen más de 400 personas divididas en 25 grupos participando directamente en las actividades litúrgicas, desde coros hasta catequesis.

Al interior del templo, se puede observar un trabajo de recubrimiento de algunas paredes con piedra laja proveniente de Las Pocitas; el arquitecto Tinoco indicó que uno de los objetivos de la construcción es utilizar piedra de canteras sudcalifornianos para el recubrimiento de la fachada frontal y las laterales del Santuario.

piedra laja las pocitas

“Todos somos pasajeros, nadie de los que estamos lo va a terminar pero estamos orgullosos de ser un eslabón más y aportar en esta construcción que en el futuro será un ícono del noroeste por sus dimensiones y su significado”, finalizó el arquitecto.

El Padre Arturo, por su parte, aceptó que toma con humor los chistes y memes que ironizan con el tiempo de construcción del templo. Consideró que, en general, la comunidad que visita el Santuario es respetuosa con sus comentarios, aunque admitió que dos o tres fieles se han tomado el atrevimiento de hacer el típico comentario: “Padre, yo sí me voy a casar… Cuando terminen el Santuario”.

parroco

El Informante de Baja California Sur

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