Marisabel Macías cuenta un secreto al oído en “Penny Black”
La Paz, Baja California Sur (BCS).- “Penny Black” es un trabajo de literatura erótica consistente en 21 historias narradas con voz femenina. Es un texto que lleva ficciones que encierran una parte de la realidad, según describe su autora, la escritora originaria de Los Mochis, Marisabel Macías Guerrero, ganadora del Premio Estatal de Cuento Ciudad de La Paz 2014 con este compendio, en espera de ser publicado en marzo de 2016.
“Son historias que esconden historias que pretenden ser encontradas por el lector; Penny Black expone temas que a todas y todos nos trastocan: la muerte, el deseo, la soledad, el amor, el odio, la masturbación, la vida. Penny Black trata de acercarse al otro, de ser un secreto contado al oído”, dijo.
Marisabel Macías indicó que todos sus personajes llevan algo de sí misma, ya que la vida es su mayor inspiración, por lo que negar ese precepto sería “autonegarse”. Describe que las voces de esos personajes “habitan en ella y se expresan” para que surja algún producto, en este caso, literario.
“Yo siempre les he dicho cuando me preguntan lo que más me inspira: pues la vida; lo que escucho, lo que veo, lo que siento, lo que imagino, las posibilidades de algo que no pudo ser. Todo eso me inspira”, comentó la escritora.
Macías Guerrero negó que “Penny Black”, o su trabajo en general, sean “pornográficos”. El erotismo, relata la narradora, no tiene que ver solamente con sexo, pero sí con el deseo y con el desafío a la prohibición.
“En mi literatura, el erotismo se explora a partir del deseo en todas las cosas que nos han señalado que la mujer no debe explorar y que no se deben comentar […] Es consagrar la vida, la muerte, y lo que entre ellas se delinea. Es vivir el placer y el miedo de manera ceremoniosa. Es el rito de la carne encriptado, esperando ser descifrado por miradas cómplices y ajenas”, describió.
La escritora admitió no tener en su haber escritos en los que un hombre sea el protagonista, pero indicó que abordar el erotismo en la literatura desde una mirada femenina es “asumir un lugar, pronunciarse y ser subversiva”, debido a la censura ejercida en contra de la mujer y su sexualidad.
La sinaloense hizo énfasis en su crítica ante el concepto “machista” de lo políticamente correcto, en el cual no se contempla que una mujer sea “poseedora de su placer” o de poder expresar y apropiarse de sí misma como un objeto de deseo. Macías Guerrero se refirió al cuento “Algunos caballeros”, único relato de Penny Black pensado en voz masculina, surgido de un comentario en redes sociales.
“Decía (el comentario) ¿cómo voy a creer tus argumentos intelectuales con ese escote? Y me pregunto: ¿Mi escote tendrá relación directa con mi coeficiente inteletual? Ese texto hace una crítica a las mujeres que invitas a salir varias veces y no te dan las nalgas. Que le pagaste tal cosa, no te eligió y ahora sale con puro pendejo […] al final ese texto está firmado por esos caballeros”, finalizó Marisabel Macías Guerrero.
“…Después de mi momento detectivesco, una duda me tomó por asalto: ¿Qué le diría a Fernando cuando regresara a casa? En todos los escenarios posibles que una madre puede imaginarse en la vida, estoy segura de que jamás se ve en uno en que haya un interrogatorio a un hijo por marihuano.
En esas estaba, con el frasco de pastillas ficticias y el churro en la mano, cuando no pude evitar ver una imagen de mi pasado. Sentí cómo se me iba dibujando en el rostro una pícara sonrisa; me puse el dedo índice de la mano izquierda en el labio superior, me di cuenta de que estaba sola y de que nuevamente tenía veintidós años.
Con mi nuevo cuerpo, rejuvenecido por una especie de viaje en el tiempo, tomé un encendedor que sustraje del mismo cajón donde había encontrado la mota. Cuando al fin volví de mi estado hipnótico, llevaba ya la mitad del cigarrillo. De todas formas, se la iba a confiscar y lo iba a regañar hasta que se cagara, así que no dudé en acabármelo, cual hippie sesentera que descubría nuevamente la hierba santa.
La música seguía su tenue marcha sinfónica…” Fragmento de “Di en el clavo”, Penny Black.
