Polémico doble homicidio de policías en La Paz cumple 6 años; aún no hay detenidos
La Paz, Baja California Sur.- Este 2 de febrero se cumplen seis años del atentado en colonia La Fuente, de La Paz, que dejara dos policías muertos y uno más herido, sin que hasta el momento haya un solo detenido. Carlos Agustín Vega Vega, padre de uno de los oficiales acaecidos, asegura que el procurador Erasmo Palemón Alamilla Villeda ha abandonado la investigación del caso, además de quebrantar la promesa de conservarse cercano y accesible.
“El catedrático, porque la mera verdad de procurador no tiene nada”, señala Carlos Vega, también policía municipal, “me dice que va a empezar de nuevo, pero empezar de nuevo qué, si ya tiene todos los datos […] Le tuve que dejar un resumen de todo lo que ha acontecido, recordarle lo que está sucediendo y que a los que andan prófugos, que son dos, y que al que dejó libre Eulogio Pérpuli, se investiguen más”.
Hay que recordar que el 2 de febrero de 2010 los policías municipales José Manuel Ochoa Pérez, Carlos Jesús Vega Andrade, hijo de Carlos Vega, y Luis Felipe González Olaves, acudieron a un supuesto robo en La Fuente, “sin arma y sin chaleco antibalas”, afirma el padre de Carlos Jesús, donde los primeros dos murieron y el tercero resultó herido de gravedad tras un disparo en el rostro, pero sobrevivió. El único detenido fue César Edmundo Murguía García, mientras que a sus hermanos, Jesús e Iván, presuntos autores materiales, “la procuraduría los ayudó” a huir, según Carlos Agustín Vega Vega. Al momento de integrar la averiguación previa, el ministerio público “quería soltar” al detenido, pero él mismo se dedicó a reunir pruebas para acreditar su participación en el homicidio “y se le halló culpable”, recuerda, subrayando que la “prueba está en que pasaron cinco años y dos sentencias”.
El 24 de junio de 2015, en tercera instancia, César Edmundo Murguía García es liberado por el juez Eulogio Verdugo Pérpuli, dejando el caso sin ningún detenido, mientras que los otros dos involucrados se encuentran en la lista de los más buscados por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Jesús e Iván Murguía García, todos originarios del estado de Michoacán.
“Espero que este gobernador, Carlos Mendoza, sí haga justicia, que lo que estuvo diciendo de que no tiene compadrazgo y que va a hacer cumplir la autoridad ante la ciudadanía, que lo haga, es lo que quiero porque si no me voy a tener que ver en la penosa necesidad de estar presente en todos sus actos, porque estoy bastante encabronado de recibir puro atole con el dedo, nada más”, dice Vega Vega.
Además, agrega que algo que nunca se ha comentado antes en medios de comunicación es la relación de quien a decir del “parte informativo de la comandancia de La Fuente” hizo el llamado de emergencia por robo, y su esposo, dueño de la casa donde se suponía ocurría el hurto que terminó en tiroteo.
A decir del señor Carlos Agustín, esta pareja “tuvo que ver mucho con los asesinos”, pues el trío Murguía, anota, estaba en su casa cobrando “un ajuste por venta de drogas en Washington”, ya que “ellos hicieron un trabajo al hijo de esta persona [el esposo], de nombre, entonces supuestamente esta señora [la esposa] se dio cuenta a dónde estaban llegando los ánimos de estas personas, sabía que iban a atentar contra su esposo y llamó a la comandancia diciendo que había un robo, entonces vía radio, de esa comandancia, llamaron a unidades y fue ahí cuando mi hijo se acerca y lo asesinan, así como a su compañero José Manuel Ochoa Pérez, y hieren a Felipe Olave, que quedó lesionado y ya no es policía […] Ella nunca mencionó que esta gente era peligrosa, que andaban armados.”
El padre de Jesús Vega Andrade asegura que existían pruebas suficientes para mantener a César Edmundo Murguía en prisión, además de que dos jueces habían ratificado con anterioridad su culpabilidad, siendo en este acto donde localiza uno de los principales visos de opacidad e injusticia.
“Sí hay pruebas, por qué los primeros dos jueces lo procesaron, además, al huir del lugar se escondió en unas viviendas que estaban en construcción, y había dos personas, trabajadores de la obra, a los cuales retuvo, armado, lo que es privación ilegal de la libertad, y los amenazó de muerte, aún así eso tampoco está en el expediente, y aún con su captura no dieron con sus hermanos, pero porque no quisieron, porque estuvieron de acuerdo […] Los datos que tienen ahí es porque yo mismo, por mi cuenta, investigué y les ayudé a ellos. Tienen nombres, datos de todas las personas, de sus familiares, fotos, todo, y no hicieron nada, lo que quiere decir que algo hay ahí.”
