Defiende Sepada a comunidades pesqueras de BCS ante el Congreso de la Unión
La Paz, Baja California Sur.- El secretario de la Secretaría De Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario (Sepada), Luis Andrés Córdova Urrutia, informó que “la presencia de autoridades, representantes de prestadores de servicios de pesca deportiva y pescadores ribereños en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el pasado 27 de febrero, permitió insertar en la agenda legislativa federal la necesidad de reorientar las políticas públicas dirigidas a los sectores pesqueros y acuícolas”.
En la reunión con la Comisión de Pesca y Acuacultura, que contó con la presencia de 7 diputados federales y su presidente, Eulalio Juan Ríos, Andrés Córdova destacó que no sólo encontraron coincidencias en cuanto a la oposición de liberar al pez dorado a la pesca comercial, sino que además los propios legisladores aseguraron de propia voz que no existen condiciones para que una iniciativa en ese sentido pueda trascender.
En esta misma reunión, en la que la comitiva sudcaliforniana entregó más de 21 mil firmas que respaldan la defensa del dorado, se estableció el acuerdo de trabajar de manera conjunta para el desarrollo de mesas de trabajo regionales en las que además de ese tema, se abordará también el reordenamiento pesquero, la inspección y vigilancia, así como el mejoramiento integral de las condiciones de vida de pescadores ribereños.
Del mismo modo, dijo que en este marco tuvo la oportunidad de plantear directamente a la diputada Claudia Yáñez Centeno, promotora de la liberación del dorado, que esto no es la solución para atender la condición de vulnerabilidad que enfrentan las comunidades pesqueras del país, pues esto sólo condenaría a la especie a una sobreexplotación en el muy corto plazo.
Asimismo, dijo que en la reunión la Comisión de Medio Ambiente, que encabeza el diputado federal Roberto Rubio, se encontraron importantes coincidencias en el sentido de impulsar una mayor protección de las especies marinas y evitar su sobreexplotación, ya que liberar una especie a captura comercial puede acarrear daños colaterales a las especies que conviven en el mismo ecosistema.