El doble discurso de Rubén Muñoz; a unos comerciantes ambulantes los retira y a otros los premia
Hoy, en nuestra sección “el alcalde no tiene quién lo asesore”, platicaremos sobre la última decisión que ha tomado: cerrar vialidades del centro de La Paz para beneficiar a particulares.
Antes que nada, les pido su comprensión a los comerciantes del mercado orgánico de La Paz, porque podrían pensar que mi columna va en contra de ellos, y no es así. De acuerdo con una frase que escuché, “la ley no tiene sentimientos”, y hoy expongo otro error más del XVI Ayuntamiento de La Paz.
Bueno, empiezo por contarles que el alcalde, Rubén Gregorio Muñoz Álvarez, a través de la Dirección General de Seguridad Pública Policía Preventiva y Tránsito Municipal (DGSPPPyTM) autorizó el cierre vial de la calle Gustavo Madero, del tramo de Miguel Hidalgo y Costilla hasta llegar a 5 de Mayo; y de la calle Constitución, del tramo que comprende la calle Revolución y hasta la calle Belisario Domínguez todos los días sábados, a partir del 12 de enero, de 8 a 15 horas. ¿Cuál es el problema?
El alcalde mantendrá cerradas estas calles para que los comerciantes del “mercado orgánico”, quienes por algunos años han vendido sus productos sobre la banqueta de la zona, puedan establecerse en plena vía pública.
Si el alcalde Muñoz Álvarez ha iniciado una regularización y retiro de vendedores ambulantes de la zona centro, ¿por qué contradecirse en sus dichos y hechos al retirar a unos comerciantes de la vía pública y a otros privilegiarlos al permitirles usar el mismo espacio?
Algunas personas trataron de hacerme entender que a dicho mercado concurren extranjeros, que los productos son muy buenos; y no sé que tantos argumentos. Muy bien. A ellos y a ustedes les digo que el problema no es lo que venden, el problema no son los comerciantes, el problema es apropiarse de la vía pública para beneficio particular. Los miembros de este mercado no pagarán los mismos impuestos que pagan otros comerciantes -establecidos- de la zona, además, antes de instalarse bloqueando las avenidas, por las cuales pasa el transporte público, existen más espacios en la zona para instalar dicho mercado.
Pensemos que los comerciantes podrían estar instalados en el Jardín Velasco, una zona segura, sin estropear el tráfico vehicular y, sobre todo, con la sombra que ofrecen los enormes árboles del lugar. O bien, podrían instalarse en el callejón Ignacio Bañuelos Cabezud, un espacio frente al céntrico mar paceño que el mismo alcalde dijo que podría ser utilizado por vendedores ambulantes y artesanales. Aún no entiendo por qué bloquear las avenidas. Es más, la explanada del Ayuntamiento de La Paz podría ser la sede de dicho mercado.
Tomando en cuenta las avenidas que cerrarán, y como lo mencioné, éstas forman parte de las rutas del transporte público. Cerrar las vialidades modificará dichos recorridos. ¿Cuál es la necesidad de bloquear calles? ¿Otra idea del alcalde que no consultó con sus asesores?
También se me ocurre otra propuesta, en una zona por la cual no se alterarían las rutas del transporte: la calle Belisario Domínguez, de 5 de Mayo a Hidalgo, y tomar la calle Constitución, del tramo de Belisario Domínguez a Madero.
Hace tiempo el exdiputado Joel Vargas Aguiar solicitó cerrar el malecón un domingo de cada mes para el uso recreativo de las banquetas y carriles de circulación. Esto es, que las familias acudieran a la zona a caminar, pasear en bicicleta de forma segura, patineta, etc. Dicha propuesta no prospero, y esa sí era para beneficio de todos. Aquí se beneficiaba quién quisiera ir.
Como les demuestro, propuestas hay. Inteligencia y sentido común, no.
Reitero que el problema no son los comerciantes y sus productos. El problema es decir que se quiere reordenar al centro de La Paz, a los comerciantes, y bla, bla, bla… y terminar cerrando calles en lugar de aprovechar otros espacios de la zona.