Geólogos trabajan en mapas de riesgo por sismos en La Paz
La Paz, Baja California Sur- Actualmente, el Dr. Ernesto Ramos Velázquez, profesor-investigador del Departamento Académico de Ciencias de la Tierra de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, se encuentra elaborando, junto con un grupo de estudiantes, un proyecto para realizar mapas detallados de riesgo geológico para la ciudad de La Paz.
El objetivo, de acuerdo al investigador, es desarrollar cartografía más detallada que la que ya existe para ubicar aquellas zonas que se encuentran más amenazadas en caso de que ocurriera un fenómeno sísmico.
De igual forma, destacó que se están utilizando nuevas herramientas tecnológicas que antes no existían, como drones, para realizar análisis más exactos que ayuden a localizar fallas geológicas con mayor precisión mediante las ventajas que brinda la fotografía aérea.
Según el Dr. Ernesto Ramos, existen tres sistemas principales que generan sismicidad al sur del estado. El primero de ellos, El Carrizal, corta la Península desde el Golfo hasta el Océano Pacífico, y va desde las cercanías de San Juan de la Costa hasta la plataforma continental al sur de Todos Santos; el segundo sistema de falla inicia cerca de Los Barriles y finaliza en la zona hotelera de San José del Cabo; mientras que la tercera atraviesa la región de San Juan de los Planes, hasta El Triunfo.
Por otro lado, al norte de la entidad, las fallas que existen se concentran en el Golfo de California, lugar donde en los últimos días se ha registrado una acentuación en la actividad, y, por consiguiente, ha provocado un incremento sísmico, por ejemplo, en Santa Rosalía, debido a que esta localidad se encuentra cercana a dichas fallas.
La mayor parte de los sismos registrados en el área presentan una intensidad promedio de 2.5 en la escala de Richter, aseguró el Dr. Ramos, magnitud difícil de percibir para los seres humanos y que sólo los equipos especializados pueden registrar.
Actualmente, en el estado existen tres sistemas de medición que monitorean la actividad sísmica. Uno de ellos está a cargo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada; otro bajo el manejo del Servicio Sismológico Nacional, y un tercero a cargo del Servicio Sismológico de los Estados Unidos, los cuales se encuentran interconectados en una red sísmica mundial.
Estos equipos se encargan de registrar los movimientos del terreno y están diseñados para omitir las vibraciones provocadas por los carros o las personas al caminar. De tal manera que, cuando se presentan algunos de estos fenómenos, los sistemas de medición registran la hora de inicio y la duración del sismo; con esos datos, los sismólogos pueden calcular la intensidad y la magnitud del temblor, señaló el catedrático de la UABCS.
No obstante, a pesar del avance tecnológico, aún no existe ningún equipo en el mundo que pueda predecir cuándo tendrá lugar un sismo. Japón, por ejemplo, es uno de los países que más ha intentado desarrollar esta tecnología, aún sin éxito, debido a que se encuentra en una zona de riesgo.
En el caso de la Península de Baja California, se estima que cada año se desplaza unos 4.5 centímetros al noroeste, lo cual genera que los dos grandes bloques divisorios que existen en el Golfo de California (el macizo continental mexicano y el macizo peninsular) se separen creando más fracturas conforme se mueven, concluyó el investigador.