Para muchos políticos ganar una elección y ocupar un cargo en la administración pública significa tener un empleo, una forma de asegurar la papa durante tres o seis años. Para otros, ocupar un cargo en la administración pública o ser gobernador, alcalde, diputado o lo que sea es por puro gusto.

Por ejemplo, en algunos partidos políticos se pelean por definir quién será candidato en alguna posición derivado de la falta de empleo que existe entre los aspirantes. En otros partidos hay “candidatos” desde hace tiempo, mismos que no necesitan mas que esperar para ganar cualquier contienda derivado del trabajo que han desempeñado desde antes de arribar a la práctica política.

En este sentido, Alejandro Rojas representa a la persona que desea un cargo público por puro gusto. Es decir, el militante de Movimiento Ciudadano no incursionó en la política porque necesite dinero o porque desde un cargo público quiera otorgarse permisos para construir hoteles a la orilla de la playa, tampoco porque quiera cobrarse una deuda institucional, es algo más que eso.

Personas como Alejandro Rojas, quienes no han tenido nada y ahora pueden tenerlo todo lo único que buscan es demostrarse a sí mismo que cumplieron otro objetivo en su vida. Dicho por él mismo en algún momento, le tocó subir al transporte público a ganarse el dinero del día a día, cantar en algún restaurante en Mazatlán y hasta trabajar en hoteles.

Si la vida lo ha colocado al día de hoy en un espacio político es por su capacidad, pero su participación es por puro gusto.

Las críticas contra este líder social siempre van a existir derivado de que muchos creen que a las representaciones populares se llega para cobrarse a lo chino lo que la vida no nos ha dado. En este caso es diferente. Es más, les aseguro que con cargo o sin cargo, en cada proceso electoral y en la vida política de Baja California Sur y Sinaloa este empresario estará presenta derivado de sus fundaciones y asociaciones civiles al servicio de los más vulnerables.

De acuerdo con las últimas encuestas, la población no votaría en el próximo proceso electoral por los partidos políticos si no por los candidatos. Es decir, quienes piensan que una marca política los va a rescatar de la pobreza están equivocados. La gente sabe quiénes apoyaron cuando, sin ser gobierno, visitaron casa por casa para entregar diversas ayudas a personas sin empleo derivado de la crisis por la pandemia.

Hoy más que nunca, Los Cabos y el estado requieren un administrador. Es cierto, no hay dinero que alcance para ayudar a todos, pero menos alcanzará si a los gobiernos los seguimos llenando de trabajadores por compadrazgo.

Piénselo.

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