HABLE COMO HABLA | RUBÉN ¡MANO DURA!
Para un representante popular es casi imposible quedar bien con todos. Lo que genera bienestar -y es celebrado- por unos es criticado por otros; como lo hemos visto con las medidas de seguridad en salud que han establecido los gobiernos para evitar la propagación del Coronavirus.
Esto lo sabe perfectamente el alcalde Rubén Gregorio Muñoz Álvarez, quien pese al costo político que le represente tener mano dura con tal de conservar la salud de los paceños dio a conocer que no habrá más tolerancia para quienes pretenden seguir comprometiendo la salud pública.
Se trata de medidas restrictivas pactadas en la reciente Sesión Extraordinaria del Consejo Municipal de Protección Civil, esto después de decretarse la fase 3 en México por el Covid-19.
Pese a que muchas decisiones incomodarán a un sector de la población, lo cierto es que la gran mayoría celebra que Rubén Muñoz actúe de esta forma; y es lógico, el alcalde tiene el tiempo encima para demostrar que no le tiembla la mano en la toma de decisiones, esto pensando en sus aspiraciones políticas; de ahora en adelante cada punto perdido o ganado cuenta el doble.
Las restricciones se dividen en cinco puntos: control vehicular – nadie circula en su vehículo después de las 10 de la noche, sólo una persona por vehículo, instalación de nueve filtros sanitarios en La Paz y 7 en el total de delegaciones; el transporte público sólo podrá trasladar al 50 por ciento de usuarios de su capacidad permitida-. Este primer punto es clave para conservar que personas sin oficio circulen por la ciudad.
Asimismo, se hace obligatorio el uso del cubrebocas a quien circule por la vía pública; se aplicarán sanciones a quienes continúen haciendo reuniones masivas -particulares y/o públicas- del tipo económicas y administrativas.
Aunque a nadie nos guste que nos impongan este tipo de reglamento, el mismo surge porque los ciudadanos no han atendido el llamado de las autoridades para quedarse en casa. Derivado de lo anterior, aunque las medidas no gusten -repito-, el alcalde tomó la mejor decisión al hacer valer el poder que le confiere su carga pensando en la salud pública.
Desde mi punto de vista al alcalde le faltó endurecer la pena contra la venta de bebidas alcohólicas. Es un producto no esencial y casi siempre la razón de las reuniones clandestinas en las que el contagio de una enfermedad como el Coronavirus es alta.