Los riesgos de la consulta pública: el pueblo no siempre tiene la razón
La Paz, Baja California Sur.- Aunque para el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lo mejor es que el pueblo decida la aprobación o rechazo del proyecto minero Los cardones, el problema es que el pueblo no siempre es sabio ni sabe qué decidir, como él lo quiere hacer ver. Para muestra bastan ejemplos duros y crueles, pero sencillos:
El 29 de agosto de 2018, en Puebla, medios de comunicación dábamos a conocer sobre las dos personas que fueron quemadas vivas; porque el pueblo creyó que eran robachicos. Tras esa sospecha el pueblo actúo. Esto, según López Obrador sería una democracia, ¿no? el pueblo hizo lo que cree “porque el pueblo es sabio”.
Al día siguiente, en Hidalgo, dos personas más fueron quemadas vivas por ser confundidas con robachicos; una persona murió y la otra resultó con quemaduras severas.
Días después siete personas más, esto en Oaxaca, fueron confundidos por pobladores con robachicos. En este caso se logró poner a salvo a los sospechosos. Los ejemplos anteriores son una muestra de que el pueblo no es sabio, como dijo AMLO en su visita a La Paz al responsabilizar a los sudcalifornianos de aprobar o no la operación del proyecto minero Los Cardones.
El presidente electo de México, con una actitud populista, creyó que los sudcalifornianos aplaudirían que la operación de Los Cardones sea llevado a consulta pública. Pero más allá de eso, ¿qué significa que AMLO haya tomado tal decisión?
Desde mi punto hay dos lecturas: responsabiliza al pueblo de las decisiones que debe tomar como gobernantes y crea confrontación entre quienes están a favor y en contra de la minería en Baja California Sur (BCS).
Aunque muchas personas pudieran creer que someter a consulta pública la operación de Los Cardones daría como resultado un rotundo “no” a la actividad minera, lo cierto es que también dicha consulta puede arrojar un “sí” como resultado.
A nuestro presidente electo se le está haciendo fácil y costumbre no asumir una postura firme en temas controversiales; basta recordar el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Es decir, en lugar de aplicar el estado de derecho y fijar posturas conforme a la ley le avienta al pueblo las decisiones que, como he dicho, al ser tomadas por impulsos y no por derecho aniquilan cualquier garantía.
Los riesgos de este acto populista es que el pueblo creerá que puede administra la justicia; y pudieran ocurrir desgracias fatales en muchos sentidos. Además, la oportunidad que nos brinda AMLO de decidir lo mejor para el país pareciera que en realidad nos está dejando la responsabilidad a nosotros cuando es él quien pidió ser nuestro presidente y administrar al país.
Así como hay gente en contra de Los Cardones hay gente a favor de ellos. La tarde del 17 de septiembre un grupo de personas acudió al malecón de La Paz y pidió al presidente electo apoyar las operaciones del proyecto minero; y aquí paso a otro tema: mientras nuestras autoridades se manifiesten en contra de la minería tóxica las manifestaciones no tendrán el resultado que esperan en contra de Los Cardones, porque legalmente no es un proyecto tóxico. Ninguna autoridad lo ha declarado así. Pareciera un juego de palabras, pero no es lo mismo decir que se rechaza a la minería tóxica que especificar que se rechaza a los proyectos mineros que ocupen tal sitio, que trabajen con tal material, que tengan como objetivo la extracción de minerales a cielo abierto, en fin.
Recientemente, en Colombia, se llevó a cabo la Consulta Popular Anticorrupción, la cual no pasó el umbral y tuvo que ser desechada. Esta consulta, para ser más concretos, se trataba de dar el “sí” para que los representantes populares estuvieran obligados a ser más transparentes con el pueblo, es decir, rendir cuentas en tiempo y forma. La consulta constaba de 7 preguntas y no pasó porque la gente no acudió a votar. Todos pensaríamos ¿qué pueblo no acude a votar ante semejante oportunidad de obligar a sus legisladores a ser claros en sus cuentas y labores? Pues no pasó la consulta. Así como esta consulta existe el antecedente del Acuerdo de Paz, también en Colombia. Los ciudadanos salieron a votar a favor de la paz descuidando que apoyar este acuerdo daba -prácticamente- el perdón a criminales.
Por un lado, los colombianos votaban a favor de ver paz en sus vidas tras años de muertes y guerra, pero sin darse cuenta que eso significaba perdonar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Anhelaban tanto la paz que olvidaron leer las letras chiquitas de tal acuerdo. Porque también era un juego de palabras; votar por el “no” significaba que el gobierno debería de continuar su guerra contra el crimen organizado. Tiempos después de dicho acuerdo las FARC se convirtieron en partido político.
Aunque muchos ven la decisión de AMLO como la de un presidente abierto a las decisiones del pueblo, otros lo ven como un riesgo porque el pueblo no sabe votar, y los sudcalifornianos se distinguen por ser poco participativos en marchas y/o manifestaciones. No es lo mismo ver a los sudcalifornianos fijando postura a través de redes sociales que el número de participantes que tiene un marcha. ¿Qué pasaría si la consulta ciudadana para la aprobación de Los Cardones no reuniera las firmas -umbral- necesario para que el proyecto sea rechazado? el proyecto en automático sería validado a través de la nula participación de la gente al momento de votar.
En su momento el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se dio un balazo en el pie al homologar el IVA en BCS y zonas fronterizas del país del 11 al 16 por ciento. Esta propuesta del Gobierno Federal -de Enrique Peña Nieto– causó en la entidad el mayor rechazo en contra de este partido, a tal grado que desde ese día no han vuelto a ganar nada en elecciones. Lo mismo le espera a cualquier partido que vuelva a jugar con el pueblo.
Antes de despedirme, les recuerdo que en la visita de AMLO a La Paz no se contempló al estado para reducir el IVA del 16 al 8 por ciento, como en otros estados ya fue pactado.