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La Paz, Baja California Sur (BCS). Al finalizar la Evaluación del Servicio Profesional Docente aplicada en la Benemérita Escuela Normal Urbana (BENU), El Informante BCS entrevistó profesores que realizaron el examen, encontrando como coincidencias la opinión de que se trata de un documento ambiguo, aplicado en altos niveles de tedio e insuficiente para determinar su desempeño frente a grupo.

Guillermo Godoy, maestro en educación especial, asegura que se encontró con preguntas que no iban dirigidas a su especialidad, pareciéndole una prueba verdaderamente compleja.

“Sí está complicado, en el sentido de que no es algo que tú puedas encontrar en un texto donde está específicamente la respuesta […], hay mucha ambigüedad en muchas preguntas”, afirma, ofreciendo un ejemplo:

“Había una donde nos preguntaban que en una cancha hacía falta techo y cómo lo resolveríamos, y las opciones eran pedirle apoyo a los padres de familia para que hagan actividades; solicitar a la autoridad educativa para que autorice el que se ejecute la obra; o que se hagan actividades por la escuela para recabar fondos. Entonces aquí, respondiendo a la realidad, pues tendrías que pedir autorización para construir la obra, pero la realidad también es que la autoridad educativa no te iba a apoyar directamente, pero no venía esa opción, que dijera que la autoridad te la tiene que dar, y la realidad es que realizas actividades para sacar fondos, en realidad no debería ser que los padres de familia tengan que hacer techos, pero es la realidad”.

Horacio Maldonado, profesor de educación física, considera que “complicado no es el examen”, pero que se vuelve difícil contestarlo bajo las condiciones que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ofrece para llevarlo a cabo.

“Realmente no es tan complicado, pero es muy tedioso y se realiza bajo condiciones que sí son difíciles, como estar presentes muy temprano; una duración de cuatro horas, lo que provoca que no estés al cien por ciento concentrado; no puedes consumir alimentos ni tomar agua; las sillas están muy duras; y la calidad de las computadoras no es la más óptima”.

Maldonado asegura que “definitivamente no” se puede determinar la calidad del desempeño docente a través de este ejercicio.

“Nunca con un examen escrito se puede determinar el desempeño de ninguna persona, nosotros como docentes sabemos que la educación tradicionalista se hacía así, pero hoy en día nos damos cuenta que por la misma exigencia de la sociedad, una persona, para determinar si es competente o no, debe de tener varios aspectos, no nada mas el conceptual […] La prueba presentaba situaciones que en muchos de los casos nosotros no hemos vivido, y son situaciones que se pueden contestar sólo cuando las tenemos bien presentes […] Actualmente trabajo en primaria nada más, yo no sé cuáles son los aprendizajes de secundaria, y aunque los leyera y me los aprendiera de memoria, como no los tengo en práctica cotidiana se me van a olvidar, porque por el momento no los necesito, pero había preguntas para secundaria y para preescolar”.

María Luisa Rodríguez, docente en nivel primaria, coincide con Horacio al señalar que la Evaluación del Servicio Profesional Docente “no es difícil, pero sí es demasiada extensa”.

“El tiempo es muy poco para las reflexiones que tiene que hacer uno en cada uno de los cuestionamientos, lo que provoca que uno no analice bien la pregunta o se confunda con las respuestas […] Hubo respuestas en las que, para mí, había más de dos respuestas viables, y al final uno decide a veces por una palabra o por sentido común, incluso había errores de redacción, errores de palabra o de dedo, no sé, pero sí había cuestionamientos mal elaborados”.

Además, antes de realizar este examen, los profesores debieron enviar archivos de imagen sobre los trabajos de sus estudiantes hechos en el aula, algo para lo que no se les capacitó, muestra la profesora.

“No tuvimos capacitación para eso, así que la estrategia cada quien la tuvo que buscar, como que alguien nos escaneara, que alguien nos enseñara, etcétera, y también creo que hay mucha subjetividad en el escaneo que hicimos y en el argumento que se da de esa actividad que se realizó, porque no se puede evidenciar en un escaneo, en una fotografía, realmente cómo se diseñó y cómo se llevó a cabo la estrategia de enseñanza”.

Finalmente, como el resto de sus compañeros, consideró que a través la Evaluación del Servicio Profesional Docente no es posible calificar el desempeño de los maestros mexicanos. “No, claro que no”, dijo, “eso sería solo como un referente, y a veces no es tan fiable, sería difícil que a través de ese instrumento se pudiera hablar de la competencia docente”.

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