María Vilchis, presidente de la mesa directiva de padres de familia, denunció que estas carencias han ocasionado daños en la salud de los niños, quienes han sufrido infecciones estomacales, problemas dermatológicos, deshidratación y golpes de calor, por lo que han decidido manifestarse hasta que las autoridades atiendan estas fallas.

“Estoy preocupada, indignada, muy triste porque es un jardín de niños, ¿Cómo van a estar los niños en estas condiciones? El drenaje está saliéndose, no hay luz, no tienen agua en los baños, que, por cierto, apestan horrible; las condiciones son de total inseguridad, hay una llave de agua junto a un cable de electricidad pelado, lo que puede ocasionar una desgracia”, afirmó la madre de familia.

La directora, Teodosa García Martínez, afirma que la escuela no tiene luz eléctrica desde el pasado jueves 27 de agosto, día en que el núcleo del medidor se quemó debido al mal estado del cableado de la institución. Por esta razón permanecen apagados los aires acondicionados y ventiladores, y los niños deben soportar una sensación térmica de 40 grados centígrados.

El agua potable llega una vez a la semana a la escuela, que cuenta con una cisterna que tiene fugas, por lo que pasan días enteros careciendo del vital líquido. Sobre la falta de alcantarillado, la directora asegura haber tramitado el contrato de la escuela en marzo de 2014, ante el Organismo Operador Municipal del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado (OOMSAPAS) del municipio de Los Cabos, y desde entonces no se ha realizado la conexión al sistema, por lo que siguen utilizando una fosa séptica, misma que se encuentra a su máxima capacidad.

En el tema del mobiliario, la directora informó que en repetidas ocasiones ha solicitado al Departamento de Planeación Educativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), por medio de la Supervisión de la Zona Preescolar No. 26, su apoyo en el tema, sin obtener todavía respuesta alguna, razón por la cual aún no se cuenta con sillas suficientes para los alumnos del plantel, ya que, de la capacidad total de la escuela, que es de 180 niños, solo se recibe a 166, quienes incluso a veces deben tomar clases sentados en el piso de las aulas.

“El 80% de los muebles que se utilizan en la institución están astillados, despintados, tienen algún tornillo salido o les falta alguna pieza de madera, y nuestro plantel no cuenta con sillas suficientes para todos los niños, quienes en ocasiones deben sentarse en el piso para recibir sus clases”, informó la directora.

La directora aclaró que desde el inicio del presente ciclo escolar se decidió colectivamente suspender el cobro de “cuotas voluntarias”, debido a las campañas publicitarias que advierten a los padres de familia que “no se dejen sorprender, que no se debe pagar porque la educación es gratuita”.

Al cierre de esta edición y debido a la falta de atención de las autoridades educativas, los padres de familia que se manifestaron frente al jardín de niños decidieron cooperar con la cantidad de 9 mil 100 pesos para poder realizar los arreglos básicos y así reiniciar las labores.

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