¿Cuáles son los retos en comunicación política e imagen de los alcaldes en Baja California Sur?
La Paz, Baja California Sur.- Siempre comento con mis clientes que la crisis de comunicación que se crea en los gobiernos obedece a no saber socializar las ideas de forma clara y concreta. En ocasiones se recurre a culpar a la prensa por notas que no son precisas o carecen del sentido -contexto- original que el entrevistado ofrece. Sin embargo, debemos reconocer que no es tarea de los medios de comunicación interpretar o corregir los errores que el entrevistado comete, por muy obvios que sean.
En este sentido, sin tratar de buscar culpables sino diagnosticar los problemas en los ayuntamientos, he decidido compartir con ustedes mi diagnóstico de los problemas en comunicación que viven las administraciones municipales por el simple hecho de no ser prácticos en su estrategia de comunicación política.
Los medios de comunicación siempre buscan el punto débil del entrevistado para obtener material que genere interés. Por ello, a la hora de entablar una entrevista con ellos se debe ser claro en las respuestas, contundente y sobre todo breve: contestar sólo aquello que te pregunta. Ampliar tus respuestas y arrojar datos que no te han pedido, en muchas ocasiones, es el problema.
Iniciaré con el Ayuntamiento de Mulegé, a cargo de Felipe Prado Bautista. Aquí, hasta el momento, se desconoce hasta el nombre del titular de Comunicación Social. Para no ir más lejos, jamás se ha enviado un comunicado formal a los medios de comunicación.
Este alcalde, del desaparecido partido Nueva Alianza (NA), debe ponderar el manejo de su imagen personal y política. Se trata del alcalde que derrotó a la anterior administración del Partido Acción Nacional (PAN). Los habitantes de este municipio, en las pasadas elecciones, decidieron que Prado Bautista fuera el autor de la mejor vida de la zona durante los próximos tres años. No tiene una tarea fácil: no tiene partido, no tiene diputados locales ni mantiene la mejor relación con el Gobierno de Baja California Sur. Sin embargo, tiene lo que dejó de tener la exalcaldesa Cecilia López González: la confianza de la población.
Su equipo debe mejorar el posicionamiento político del alcalde que ganó un proceso electoral con todo en contra, pero sobre todo, deben demostrarle a la gente para qué quería ganar y que sabe cómo atender las necesidades a corto, mediano y largo plazo.
El Ayuntamiento de Loreto, a cargo de Arely Arce Peralta: La primera elección que ganó fue una más entre todos los panistas ya que este partido obtuvo el 90 por ciento de los cargos en disputa en 2015. Quizá por este hecho la alcaldesa nunca trabajó su posicionamiento político fuera de su municipio; y de su comunicación social fue limitada en diversas ocasiones. Pese a tener un municipio histórico y potencialmente turístico, en diversas ocasiones no supieron aprovechar este capital para convertirlo en puntos a favor en el manejo de su imagen.
En 2018, de nueva cuenta Arce Peralta apareció en las boletas electorales; ganó la reelección. Su equipo de comunicación –no necesariamente la Dirección de Comunicación Social, sino asesores- deben ponderar el posicionamiento del edil, la cual se convierte en el centro de atención de su partido – así debería de ser- tras lograr una de las dos victorias en el pasado proceso electoral.
Debe trabajar en mejorar lo que realizó en su anterior administración, pero su equipo no debe minimizar que es el primer edil reelecto en el peor momento para cualquier candidato que no pertenezca al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Ahora hablaré del alcalde del Comondú, José Walter Valenzuela Acosta. Se trata de un alcalde que representa a Morena. Eso significa que representa la no corrupción, las bondades de los gobiernos con el pueblo. Para resumir en este sentido, todos los representantes populares de Morena representan la esperanza de México.
Lamentablemente el alcalde ha caído en errores al confrontarse con los medios de comunicación por información que considera, ha sido publicada de forma inexacta, con dolo. Aunque en sus entrevistas he identificado lo que quiere decir, Valenzuela Acosta no es concreto ni exacto. En su última entrevista en La Paz, dijo que procedería en contra de los medios de comunicación que lo señalen sin pruebas. El problema no es que proceda jurídicamente, el problema es que dio pie a que algunos medios de comunicación sintieran una amenaza y capitalizaran estas declaraciones en contra del alcalde.
Mi recomendación es que no diga lo que hará si la ley lo respalda. No se trata de ir en contra de los medios en comunicación, pero sí se trata de que quienes nos desempeñamos en este oficio aprendamos los límites entre noticias, rumores y chismes. De ahí en fuera, el equipo de comunicación –y asesores- del alcalde debe trabajar en mejorar su relación con medios en cuanto a la forma de responder a los cuestionamientos.
Ahora paso con mi análisis del alcalde de La Paz, Rubén Gregorio Muñoz Álvarez. Se trata de un alcalde con una excelente capacidad en oratoria pero con un equipo de asesores en comunicación política que no se preocupa en mejorar la percepción hacia el edil.
Muñoz Álvarez también representa la esperanza de México ya que ganó su cargo vía Morena. Además, contra todo pronóstico y descrédito sacó al PAN de la administración municipal.
Se trata de un alcalde con perfil empresarial. Busca mejorar la recaudación pero no socializa el objetivo. Su equipo de asesores y de comunicación social deben trabajar en plasmar el discurso del alcalde en cada uno de sus directores de área: recientemente un director de área dijo una cosa, el alcalde otra y, Azucena Meza, responsable de la comunicación social del XVI Ayuntamiento de La Paz dijo otra en relación a un posible impuesto por el Derecho del Alumbrado Público (DAP).
El alcalde debe mejorar el manejo de sus redes sociales. Debe utilizarla para temas más propositivos que para enfrascarse en una pelea sin sentido con algún periodista. Las personas preferimos leer a un alcalde que anuncia una idea, proyecto o mensaje buena onda. Cuando una persona utiliza las redes sociales sin antes pensar en cómo podría empobrecer su percepción es cuando considero que envía un mensaje al pueblo del verdadero yo si me haces enojar o no piensas como yo.
Lo he dicho: se trata de un alcalde con ideas claras pero que debe socializar sus causas y fines. A su favor tiene la experiencia y su contacto directo con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Finalmente llegamos con el Ayuntamiento de Los Cabos, a cargo del edil Jesús Armita Castro Guzmán. Se trata de un representante popular de Morena que logró sacar del poder al exalcalde Arturo de la Rosa Escalante, del PAN.
El arribo de Castro Guzmán a la presidencia municipal generó inestabilidad política principalmente en el equipo de De la Rosa Escalante, quienes ocupaban ganar la reelección para contar con méritos electorales y ser candidato nato del PAN a la gubernatura en 2021. Quizá por esta razón la administración de Castro Guzmán ha pasado por algunos claroscuros al interior, aunque hacia el exterior goza de la aceptación ciudadana. Además, no dejemos pasar que el edil, quien dirige el destino turístico de playa más importante con México, también cuenta con un importante respaldo empresarial -hotelero-.
Se trata de un edil con una buena imagen y comunicación política, respetuosa de su relación con medios de comunicación, aunque debe mejorar su discurso político para ser precisa y contundente, además de fijar postura cuando es necesario para así defender sus causas en el aspecto público.
Aunque hablamos de los cinco alcaldes y su situación política en temas de comunicación, en todos los casos considero que la tarea es mejorar la percepción.
Un aspecto clave para el éxito es la percepción. Este punto siempre lo trato en mis charlas cuando alguien habla de mejorar su imagen y/o producto. No se puede mejorar el producto sin antes mejorar su aceptación al exterior. Cito un ejemplo de producto y percepción: el malecón de La Paz. La percepción de la sociedad es que en él se invirtió dinero demás, que la obra no vale lo que dicen las autoridades, sin embargo el producto es bueno. Se trata de un área que ha mejorado en mucho la imagen de la costa dorada de la capital de Baja California Sur (BCS). En este caso la percepción podría con el tiempo, la utilidad y durabilidad de la obra.
Para mí el político es un producto; y tiene tres etapas: creación, venta y caducidad.
Creación: Nace bajo la promesa de resolver necesidades. Se busca un perfil, un lineamiento y una bandera política. Nace bajo la formación política y/o ideológica de una causa.
Venta: Exposición del producto. Debemos saber sus cualidades -fortalezas-. En las campañas políticas vendemos nuestro producto bajo los criterios de su fortaleza.
Caducidad: La fecha límite de consumo puede ser cuando no se cumplen las promesas de campaña o cuando lo que se entrega no satisface las necesidades. Es justo en esta etapa cuando el producto sale del mercado y deja lastimada la marca -partido político-. El mejor ejemplo podría ser el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por el descrédito que le ocasionó la corrupción documentada de gobernadores, el mismo presidente Enrique Peña Nieto y otros aspectos negativos. Todo ello creó una caducidad.