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El dictamen de Andes sobre la Casa del Estudiante es erróneo: Cádiz

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La Paz, Baja California Sur.- De acuerdo al antropólogo José Alfredo Madrigal Carmona, presidente de la asociación civil Cádiz, que agrupa a más de 400 egresados de la Casa del Estudiante Sudcaliforniano en Ciudad de México (CDMX), los estudios que justifican la clausura del inmueble, anunciada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), y que fueron elaborados por el ingeniero Jorge Arboleda Villagómez, representante de la empresa consultora Análisis y Diseño Estructural (Andes), no son correctos ni contundentes, por lo que la decisión de cerrar el lugar no cuenta con sustento técnico verídico, dijo.

Madrigal Carmona estudió Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, del año 1982 al año 1986, y en ese entonces la Casa del Estudiante, que hoy se encuentra en Calzada de la Viga número 1448, tenía como domicilio la calle Cádiz numero 49, en la colonia Álamos, de la delegación Benito Juárez, y fue parte del movimiento estudiantil que luchó por la adquisición y construcción del inmueble actual, pues el antiguo carecía de espacio suficiente. En aquellos años, recuerda, los estudiantes habitaban una casa en “obra negra”, sin servicio hidráulico ni eléctrico, así como carente de pisos de cemento, y su experiencia en este andar, asegura, le da pie para sostener, en primera instancia, que “la casa no data de 1975, como lo establece el ingeniero Jorge Arboleda, la casa data desde 1981, cuando se compra el terreno, se pone la primera piedra y se va construyendo lentamente”.

Es así que narra cómo el pasado sábado 3 de septiembre, contrario a lo que comentara ante medios de comunicación el titular de la SEP en Baja California Sur (BCS), Héctor Jiménez Márquez, durante la presentación del dictamen de Andes a los habitantes de la Casa del Estudiante en CDMX, éstos realizaron una contrapropuesta a la SEP, tras realizar “fuertes señalamientos al estudio”, como que “muchas de las cosas que se hicieron se hicieron con criterios que no corresponden a la construcción de la casa” y que “en los análisis de muestreo no se tuvo un seguimiento ordenado”, mostrando que “el propio ingeniero Arboleda no estuvo presente en la recolección de muestreo ni se le siguió la custodia que debía tener ese muestreo”, por lo que “las muestras que presentan pueden ser de cualquier otra obra”.

Además, aseguró el antropólogo, existe un dictamen de Protección Civil de CDMX, elaborado en 2014, donde se señala que la construcción de la casa no presenta riesgos, y este año, aunque no ha sido publicada la opinión técnica de la dependencia, las autoridades capitalinas “ratifican que la casa es de riesgo menor”, dijo.

El pasado 3 de septiembre, esta situación, así como un análisis detallado sobre el bajo costo que significaría la rehabilitación de la casa y lo necesaria que es para BCS, fue dada a conocer a Héctor Jiménez, sin embargo, afirma José Alfredo Madrigal, el funcionario “no quiso escuchar”, y esa “cerrazón”, anota, a su juicio “da una idea de que el interés no está en la seguridad de los estudiantes, que el interés no tiene que ver con el asunto de reorientar la participación de los estudiantes dentro de la oferta educativa que existe en el estado, el interés es de otra índole, y no nos queremos aventurar o hacer declaraciones audaces en este sentido”.

En este sentido, reiteró que la solicitud de la asociación civil Cádiz es “que permanezca la casa como un proyecto alternativo educativo, no solamente en términos de lo que implica la oferta educativa inexistente en nuestro estado, sino también por el problema fundamental, que es la calidad educativa”.

Por otra parte, Irma León Cota, pedagoga egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), perteneciente a la generación 1996-2001, recordó que las organizaciones de egresados de la Casa del Estudiante Sudcaliforniano solicitaron recientemente una audiencia con el gobernador Carlos Mendoza Davis para exponer los puntos mencionados por Cádiz, recordándole también que el inmueble es fundamental para quienes desean estudiar en las mejores escuelas del país y no cuentan con recursos económicos, así como son es un albergue temporal para sudcalifornianos en situación vulnerable y un espacio que propicia la formación no sólo académica, sino social y de los estudiantes sudcalifornianos, lo que se traduce en una contribución directa al desarrollo del estado.

Asimismo, Andrea Doria Valencia Niño de Rivera, quien estudió la Ingeniería en Computación de 1993 a 1998, destacó que la casa permite la formación de profesionistas destacados con alto compromiso social, quienes han logrado colocarse como importantes empresarios, secretarios estado, presidentes municipales, oficiales mayores y un gobernador.

El Informante de Baja California Sur

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Iván Gaxiola

Iván Gaxiola

Reportero de El Informante Baja California Sur