Historia del narcotráfico en México [Parte III]
El 22 de febrero del año 2014, sin un solo disparo, luego de haber intervenido comunicaciones y obtenido testimonios, se re-capturó en Mazatlán, Sinaloa, a Joaquín “El Chapo Guzmán”. Si su fuga había sido el hecho de la primera década de los 2000’s, su re-captura prometía ser la de los 2010’s. En todos los medios de comunicación se anunció con bombo y platillo que el hombre más buscado del mundo había sido detenido sin oponer resistencia, y para no variar, luego de haber intentado escapar por otro complejo sistema de túneles que conducían de un domicilio al otro.
Inmediatamente se comenzó a especular en cuanto a si se trataba o no de Guzmán Loera, pues según su estatura no correspondía con la de los 90’s y su rostro había cambiado (claro, si mediaban 20 años ente la última imagen de él conocida, y su presentación ante los medios). Sin embargo, poco a poco, fue perdiendo fuerza la noticia. Que se volviera a escapar, era impensable. Sin embargo, ocurrió.
A las 20:52 horas del 11 de julio de 2015, las cámaras de seguridad grabaron el momento en que el narcotraficante se agachaba en un agujero en el piso de la regadera y se perdía para no verse de nuevo frente al lente. El resto de la historia ya lo conocemos. Un procurador cansado, un presidente acorralado, un secretario de gobernación abatido, un pueblo furioso. Así verbigracia lo resumí ante ustedes en aquel mes de julio, en este mismo espacio: “En 32 meses de gobierno, Enrique Peña Nieto ha cometido una serie interminable de errores y negligencias; que van desde sus pifias tan recurrentes (como no saber qué significaban las siglas del IFAI, o la más reciente, todavía el momento de escribir estas líneas, donde se le caía su pastel de cumpleaños) hasta el error garrafal de sus fallidas reformas estructurales que no han reflejado beneficio alguno para nuestro país. Pese a que pareciera que después de Tlatlaya, Ayotzinapa y la Casa Blanca, no podría pasar algo peor, con la fuga de “El Chapo” Guzmán nos quedó claro que seguirán pasando muchas cosas en los más de tres años que le restan al frente del gobierno federal. El gobierno de Enrique Peña Nieto, al igual que el narcotraficante fugado, se resbaló y rodó, hasta irse por un túnel” (Zarpazos de León, 22 de julio de 2015)
Su re-re-captura no tuvo ningún efecto para los mexicanos, ni siquiera por la profusa difusión que tuvo la operación del “cine negro”, perdón, corrijo, “cisne negro”, donde se acusó de un burdo montaje de la escena, donde supuestamente habían luchado las fuerzas federales cuerpo a cuerpo para vencer el poderío de Guzmán en la ciudad de Los Mochis.
Para México, el tema de la seguridad ha sido especialmente sensible. Durante decenas de años de tolerancia de la ‘presidencia imperial’, el narcotráfico edificó su emporio en medio de la corrupción y cobijado por la impunidad, a partir de la cuarta entrega de esta serie de “Zarpazos de León”, conoceremos cronológicamente su evolución en el país.
Hasta llegar al momento en que Felipe Calderón, al llegar a la presidencia de la república conoció en su exacta dimensión la terrible situación de la delincuencia organizada y su control absoluto sobre la estructura gubernamental en materia de seguridad y por ello, inició la polémica lucha contra el crimen organizado, que lo llevó a enfrentar un sexenio lleno de cuestionamientos en torno a la efectividad o el fracaso de la estricta medida. Así como el papel que el gobierno peñanietista ha jugado.
Es una historia larga, que habremos de resumir. Hemos concluido con el perfil del hombre que se ha robado los reflectores durante los últimos años, y en la próxima entrega les hablaré de cómo en México el consumo de drogas era publicitado para adultos y hasta niños. Gracias por dedicar su tiempo a estas líneas.
Escríbanme a zarpazos@elrugidodeleon.com
Por Luis Enrique López León
