Marco Antonio
Marco Antonio Almendáriz Puppo o mejor conocido simplemente como Marco Puppo, es una personalidad que siempre ha dado de qué hablar, más en el buen sentido que en el malo. Su inigualable carisma, capaz de lidiar hasta con el más hostil de los tratos, su vida completa a la atención de la gente y demás cualidades que saltan a la vista, hacen de él un auténtico líder. Su llegada al Congreso del Estado fue por un camino de rosas que él mismo fue construyendo en una campaña que vivió intensamente en las calles y rincones del IV distrito, donde no hubo competidor alguno que pusiera en riesgo su triunfo.
Como todos los buenos perfiles, siempre habrá quienes intenten descalificarlo, pues a veces el éxito ajeno provoca malsanos sentimientos de pesar; no me queda ni la menor duda de que, como lo he señalado en múltiples ocasiones, el éxito de Puppo es el fruto de un intenso trabajo y la firme convicción de que sólo sirviendo a la ciudadanía se puede esperar de ella un trato amable en las urnas como ya lo recibió él (y lo seguirá haciendo).
Proveniente de una familia entregada al servicio público, conoce de pies a cabeza las cumbres, laderas, llanuras y recodos de la política sudcaliforniana. Sólo con un perfecto conocimiento de las necesidades de una población se pueden diseñar modelos ad hoc para cubrirlas, ofrecerlas a la ciudadanía y pedir válidamente el voto de confianza. Y eso es precisamente lo que hizo el ahora joven legislador para llegar a la conciencia de los ciudadanos y obtener como contraprestación el triunfo en las urnas.
La agenda de trabajo de Puppo está ocupada, además de los asuntos legislativos, por una permanente atención cercana y directa a la ciudadanía; y este último rubro es de suma importancia, si tomamos en cuenta que los principales reclamos ciudadanos es el olvido en el que los sumen los representantes populares una vez que llegan al poder. A Marco Antonio no se le puede reprochar esto, pues ha estado siempre y en todo momento, abierto de ojos y oídos para mantenerse de cerca a la gente.
Él es Marco Antonio. Su juventud, carisma y experiencia, hacen de Puppo una nueva propuesta en el terreno político, el cual promete continuar con su limpia y sólida trayectoria, que va cuesta arriba. El árbol genealógico de Marco Antonio Almendáriz Puppo habla por sí solo en cuanto a liderazgo y constancia se refiere.
Al interior de su partido, ha sabido ganar espacios; prueba de ello es que fue nombrado como Coordinador de la Fracción Parlamentaria de Acción Nacional, teniendo la responsabilidad de ser el portavoz de los 13 diferentes pensamientos que llegaron bajo la bandera azul al Congreso; además de haber iniciado la XIV Legislatura obteniendo el liderazgo del Congreso como Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Poder Legislativo.
Por ello, no es difícil adivinar las causas de varios señalamientos en contra de la figura de Marco Antonio, puesto que tantas pruebas de capacidad y liderazgo terminan por herir susceptibilidades. Sin embargo, en la opinión ciudadana, se mantiene incólume el nombre de un sudcaliforniano que ha honrado las responsabilidades que se le han conferido. Que invierte la totalidad de sus esfuerzos en cumplir con su deber. He ahí las razones de tan fructífera carrera. Vaya desde aquí mi reconocimiento para el joven diputado local.
Si usted aún no lo conoce, hágalo amiga y amigo lector. Será una buena experiencia.
Escríbanme a zarpazos@elrugidodeleon.com
MI ALERO. Es mujer de pequeñas frases, contundentes todas. Clara y franca como nadie más que haya conocido hasta hoy. Sencilla, discreta y elegante, pero que no pasa desapercibida. Prominente oradora, con un discurso invariablemente enjundioso y que cumple con la virtud principal del orador según la “Apología de Sócrates” de Platón: “decir la verdad”. Pronto conocerán una biografía breve de una de las diputadas locales en la presente legislatura.
Por Luis Enrique López León
