Tener en cuenta
Amigas y amigos de Zarpazos de León, en días pasados conversaba con algunos amigos sobre la sociedad y su descomposición, y la clave para lograr la pacificidad. Mi respuesta fue una utopía: Tener en cuenta es lo que cuenta, tener en cuenta que para poder convivir en sociedad debemos hacer un uso correcto de nuestras representaciones o ideas. Para explicarme mejor, recurriré a lo que el filósofo griego Epicteto de Frigia comentaba en torno a la Filosofía. Él decía que los seres vivos venimos al mundos con capacidad para formarnos representaciones o ideas de la realidad que nos rodea.
Argumentaba también que tales representaciones pueden provocar en nosotros el deseo o el rechazo, el impulso o la repulsión, la negación o la “suspensión del juicio”. Es así como el objetivo de la Filosófía consiste en enseñar a los hombres a hacer un uso correcto de las representaciones. Así el bien y el mal afectan a la parte más importante, mejor y más noble del ser humano: el albedrío, que es la capacidad de elección del ser humano.
Pero, ¿los seres humanos hacemos uso correcto del libre albedrío?. Pero, ¿tenemos en cuenta lo que es mejor hacer o dejar de hacer para nosotros y quienes nos rodean? Los seres humanos no terminamos de comprender que si hubiésemos necesitado armas, la madre naturaleza nos las hubiera proporcionado al nacer, así como lo hizo con el tigre, con el león y demás animales. Los seres humanos no tenemos en cuenta un proyecto de vida compartido, ni luchamos por derribar esas barreras que nos hacen olvidar esas pequeñas cosas tan importantes en la vida.
Nuestras representaciones o ideas, se basan únicamente en la apariencia física de las cosas, sin observar qué hay detrás de esa buena o mala impresión. Sin embargo debemos tener en cuenta que lo que cuenta es si realmente somos solidarios con los demás como sistema constante de nuestro haber; debemos tener en cuenta que lo que cuenta es compartir nuestras voluntades como lema permanente, como la bandera que nos identifique como sociedad.
Lo ideal es modificar la concepción de tales representaciones o ideas para tornarlas con un sentido amplio de optimismo, que permita aclarar el panorama de las mismas, teniendo como meta principal el rescate de los valores propios olvidados y atrapados en las garras de un fracaso anterior.
Si tenemos en cuenta en nuestros pensares a quienes son parte importante en nuestro proyecto de vida compartido, el valor de los sentires que experimentemos adquirirán cuantías inigualables. Si tenemos en cuenta compartir nuestros andares con lo demás, asociarnos a los reíres de los demás. Si tenemos en cuenta lo anterior, nuestros “ayeres” serán superados por los “ahoras”; si tenemos en cuenta lo anterior, serán más placeres nuestros placeres; si de la mano con nuestros congéneres hacemos viajes imaginarios por todo el mundo, una aurora común y corriente será cada tarde aún más boreal que la anterior.
Lo importante es tener en cuenta hasta el más acérrimo de nuestros enemigos, tener en cuenta que con voluntad podemos lograr hasta el más caro de nuestros anhelos. Porque después de todo y antes que nada: tener en cuenta… es lo que cuenta.
Escríbanme a zarpazos@elrugidodeleon.com
Por Luis Enrique López León
