Más del 90% del Uranio en México yace en BCS, y el estado no cuenta con políticas de manejo
La Paz, Baja California Sur.- El Gobierno del Estado no cuenta con “políticas para el manejo” del uranio, por lo que “su explotación tendría que llegar un poco más tarde”, explica Rodrigo Guerrero Rivas, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Recursos Naturales de Baja California Sur (BCS), asegurando que “en este momento no” se contempla un panorama en el que la explotación del uranio tenga injerencia en el desarrollo económico de la entidad.
Guerrero Rivas sostuvo que, “de alguna manera”, los yacimientos de uranio son “un descubrimiento”, salvo para “los círculos muy técnicos”, ya que en BCS no se tenía “una referencia confiable de que existiera este elemento, sobre todo mezclado con la fosforita”, y “en términos públicos prácticamente era un tema desconocido”, dijo, mostrando que ahora sabemos que “es un elemento que entraña dos grandes valores”, el primero de ellos económico, anotó, con la capacidad de “generar grandes potencialidades para quien lo maneje”, y el segundo “químico-físico”, pues “tiene usos muy diversos”, lo que precisamente eleva su precio.
“Yo te comentaría con toda claridad y con toda honestidad, que no tenemos incorporado este recurso en Baja California Sur como un elemento económico”, declaró el secretario para El Informante Baja California Sur. “No lo tenemos incorporado porque no tenemos todavía la madurez técnica para generar las expectativas o los pronósticos de cómo lo podemos manejar económicamente, porque también entraña un componente ambiental, y este es un punto que no debemos perder de vista, pues estamos tratando de garantizarle al pueblo de Baja California Sur que el manejo de cualquier elemento tóxico, radioactivo, químico, ácido, en fin, sea manejado con toda responsabilidad, con toda seriedad y con toda seguridad”.
Las zonas de BCS con uranio se relacionan directamente con áreas orientadas a la explotación de fosforita o fosfatos, como San Juan de la Costa, en La Paz, donde opera Grupo Fertinal con Roca Fosfórica Mexicana (Rofomex), recientemente absorbida por Petróleos de México (Pemex); y Santo Domingo, en el municipio de Comondú, donde la SE localiza una asignación minera de fosforita a la empresa Exploraciones Oceánicas, bajo un proyecto de nombre Don Diego, con vigencia hasta el año 2064, pero que aún no ha sido explotada.
Acerca de las diferencias que podría existir entre tratar con una paraestatal como Pemex y una empresa privada como Exploraciones Oceánicas, Rodrigo Guerrero indicó que en teoría no debiera existir ninguna, sin embargo dejó ver que las facultades gubernamentales que tiene la petrolera regularmente logran imponerse.
“No debería haber ninguna [diferencia], porque aquí estamos hablando de aspectos eminentemente técnicos. Cuando Don Diego solicita a Semarnat el resolutivo, bueno, pues Semarnat hace su resolutivo basado en estimaciones ambientales técnicas; cuando Semarnat le pide al Gobierno del Estado que exprese su opinión respecto al proyecto Don Diego, que no es vinculante pero es una opinión que Semarnat debe tomar en cuenta, el Gobierno del Estado, con elementos técnicos, dice ‘no, este proyecto ambientalmente no es viable’. El Gobierno del Estado expresó una opinión no viable para este proyecto, igual que se hizo con Los Cardones. Ahora, si lo maneja Pemex técnicamente tendría que ser lo mismo, pero sabemos que no lo es, porque Pemex tiene muchísimos más recursos, y no me refiero sólo a lo económico, sino a recursos de gestión, facultades como Gobierno Federal, parámetros diferentes, atributos diferentes, y puede acceder a otros niveles de gestión, digamos, y no te estoy diciendo que esos niveles de gestión vayan a descalificar a las opiniones estatales, no, pero estamos hablando de que entonces el proyecto se estaría moviendo en otros parámetros, aunque el Gobierno del Estado puede seguir siendo exactamente el mismo en términos de la opinión: si técnicamente la explotación del uranio no nos favorece ni ambiental ni económica ni socialmente, pues el gobierno evidentemente dirá no, independientemente de quién lo maneje”.
Según la Ux Consulting Company (UXC), fuente oficial de la SE, el precio del uranio por libra es de 35.80 dólares, lo que significa que en BCS las reservas de uranio alcanzarían un precio de 11,917,748,972 (once mil novecientos diecisiete millones setecientos cuarenta y ocho mil novecientos setenta y dos) millones de dólares.
Los otros estados con reservas son Nuevo León, con 5,075 toneladas; Chihuahua, con 2,789; Sonora, con 1,664; Durango, con 1,267; y Oaxaca, con 696 toneladas. Otras entidades que figuran en los documentos de la SE son Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas y San Luis Potosí.
Cabe recordar que el principal uso del uranio es como combustible para reactores nucleares, los cuales producen el 3 por ciento de la energía generada por el ser humano en el mundo. Al contacto con el cuerpo, particularmente inhalándolo o bebiéndolo, pues no se absorbe a través de la piel y las partículas alfa liberadas por el uranio no pueden penetrarla, la mayoría del uranio se excreta naturalmente, sólo el 0.5 por ciento es absorbido cuando se ingieren formas insolubles, como el óxido, mientras que la absorción de los más solubles, como uranilo de iones, puede ser de hasta un 5 por ciento. Después de entrar en el torrente sanguíneo, el uranio absorbido tiende a la bioacumulación y la estancia durante muchos años en los tejidos óseos debido a la afinidad de uranio para los fosfatos.
Junto con todos los elementos con pesos atómicos superiores al del hierro, el uranio se origina de forma natural durante las explosiones de las supernovas. El proceso físico determinante en el colapso de una supernova es la gravedad, y gracias a los valores tan elevados de gravedad que se dan en las supernovas es que se generan capturas neutrónicas que dan lugar a átomos más pesados, entre ellos el del uranio.
