En redes sociales escuché un debate sobre la importancia de los tipos de trabajo y trabajadores. Por una parte, se decía que no todos los trabajos tenían la misma importancia para la empresa y por consecuencia para la organización los trabajadores no eran iguales en esa escala. Por otra, se presentaba el argumento de que todas las personas importaban por igual, pues si un vendedor no ofrece lo mejor de un producto, el trabajo del directivo no rendiría ganancias para accionistas. Este debate podría considerarse tan fundamental como ocioso, sin embargo, si lo trasladamos a la esfera pública, hay una reflexión pertinente que vale la pena poner sobre la mesa ¿Quiénes son los trabajadores fundamentales en nuestra comunidad?

La pandemia por covid-19 sigue presente en sus consecuencias y en las lecciones que debemos observar, especialmente en materia de revalorización del trabajo. Pues son los momentos de crisis los que nos enseñan lo extraordinario que en tantas cosas que se van volviendo invisibles con lo cotidiano. Por eso vale la pena pensar en quienes desempeñan los trabajos fundamentales para la población.

Primero vale la pena precisar la pregunta inicial, porque hablar en términos de importancia puede abrir una discusión que nos distraiga, creo que es más preciso referirnos a trabajadores clave, de hecho, en los estudios que se han realizado al respecto, ésta es la primera conclusión relevante. Pensemos en esos trabajadores que en los momentos más duros de un país o ciudad, harán que sea posible el restablecimiento de la cotidianeidad.

Así ocurrió durante la pandemia, mientras la mayoría de la población se confinó para proteger su salud, otros renunciaron a esta oportunidad para mantener la producción, distribución y venta de alimentos, para limpiar calles y oficinas para contener la propagación de la pandemia, velaron por la seguridad pública, se ocuparon del transporte de comida y del desplazamiento de los trabajadores, y atendieron y curaron a los enfermos. A ellas y ellos la Organización Internacional del Trabajo (OIT)  los ha considerado los “trabajadores clave”.

Gracias a un estudio realizado por la OIT podemos identificar a ocho grandes grupos ocupacionales que han demostrado, que un momento de crisis van a sostener una comunidad: trabajadores de los sistemas alimentarios; de la salud; del comercio al por menor; de seguridad; trabajadores manuales; de limpieza y saneamiento; del transporte, y trabajadores técnicos y administrativos.

Aquí observamos desde empleos altamente calificados como los médicos y expertos en sistemas de agua y saneamiento hasta los más operativos como choferes y personas dedicadas al barrido manual, que son indispensables para el sostenimiento de la funcionalidad de una ciudad.

Este ejemplo nos permite cuestionar el discurso basado en jerarquías, pero también el de los perfiles más complejos como los que son resultados de posgrados y alta especialización.

Me parece que lo importante es cuestionar el valor de estas actividades en el mercado laboral, vale la pena observar cómo otras culturas han revalorado el trabajo operativo, pero también en general el capital trabajo.

Así que mientras prestaba atención al referido  debate sobre “trabajadores importantes” pensaba en que siempre debemos tener en cuenta la circunstancia. Especialmente porque hay indicios suficientes para pensar que nuestro país seguirá atrayendo la atención de inversionistas extranjeros, lo que debe traer como consecuencia un serio debate sobre la importancia social, psicológica y comunitaria del trabajo, para que sea la dignidad y la inclusión el primer plano del desarrollo económico.

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