OpiniónPortada

OPINIÓN | DÍA DEL POLÍTICO MEXICANO

Compartir noticia en:
Share

En nuestro querido México tenemos la casi obligatoria costumbre de celebrar a todos y asignarles un día: día de la madre, del maestro, del niño, del médico, del periodista, etc. Casi todos tienen un día en el cual se les reconoce y celebra como motivo de orgullo. Una forma de agradecimiento sencilla, pero emotiva. Un día en el cual se les brinda “tributo” a su desempeño en un importante rol social. Sin embargo, en una “investigación” rápida, debo reconocer que no encontré un día para celebrar al político. No se asuste, solo teclee en Google “día del político” y no encontrará nada.

¿Sorprendido? Creo que nadie podría estarlo. No solo en nuestro país, sino a nivel mundial, sería un ejercicio carente de significado. Si esto no sucedió en aquellos tiempos románticos en que el mundo se enfrascó en luchas de ideales sociales fuertes, menos vendrá a suceder ahora que no encontramos figuras que nos llenan de orgullo. Y antes de empezar a tratar de encajar a uno muy popular, pensemos que entonces se le celebre a él, no al “gremio”. Necesitamos a todos, no a un líder carismático.

La carencia de liderazgo honesto ha calado hondo en nuestra grave crisis social. Para que un político en México pueda medianamente ser reconocido como bueno, y generar expectativas de cambio, procede principalmente de que no se haya desempeñado mucho tiempo en los encargos públicos. Cualquier político promedio en México, después del desempeño de dos puestos, genera más dudas y reclamos, que agradecimiento social. Nuevamente, no busquemos un par de nombres para rebatir lo anterior, sino al grueso. Es tan carente este grupo, que buscamos la manera de reducir los espacios para ellos.

¿Parece irrelevante esto? Habría que preguntarse primero porque tenemos otros días conmemorativos. Vamos, con el respeto total, pondría “El día del policía”. Un grupo al que hemos maltratado hasta el cansancio, pero a los cuáles les reconocemos aún más por lo difícil de su labor. Al político no le alcanza. Y no se vislumbra que alcance en el corto plazo. Hemos probado hasta el cansancio en México colores, filosofías, géneros… y los resultados vuelven a cero. Y no es esta entrada para lanzar una crítica directa al coordinador de diputados de Morena, Mier, por cierto, quien acaba de ser alcanzado por la UIF. Todos se pueden cortar con la misma tijera.

La sociedad cada día es menos apática al trabajo público; también, a ser crítica rápida y contundente a los malos desempeños. ¿En dónde radica la relevancia?. En que nuestro país camina sin un real rumbo a un futuro que señale a donde queremos llegar. Nuestra visión política de nación es un caleidoscopio de buenos deseos, pero no de acciones concretas para lograrlo. Procesos incompletos y carentes de sustento. Aún la llamada cuarta transformación que estamos viviendo es víctima de este mal.

La crisis mundial nos ha golpeado terriblemente. Ver las noticias diariamente nos muestra el incesante reclamo a nivel mundial por el “miedo” de no tener un camino por el cual transitar los temas sociales clave: salud, economía, seguridad, empleo, garantías individuales y derechos humanos. En un ejercicio reflexivo, creo que encontrará que todos los días sin excepción, se siente vulnerado directa o indirectamente, en su perspectiva como ciudadano del mundo, y de México en particular.

¿Es esto un fenómeno reciente o solo es la consecuencia ineludible de la mejora en los sistemas de comunicación? Si nos ponemos a escarbar el pasado encontraremos, más fácilmente de lo que pensamos, que este “mal” es inherente a la creación del concepto de sociedad. Entonces, si esto fuera cierto, creo que el problema mayor no es cambiar a una parte del problema, sino a la sociedad misma. Es urgente replantear el aspecto relevante de los individuos dentro de una comunidad.

¿Esto es descubrir el hilo negro? Por supuesto que no. Solo es plasmar en un medio electrónico el reconocimiento por un servidor al dolor de la falla. ¿Estamos como sociedad cada día más cerca de levantar el “puño de hierro” contra otro hermano mexicano? Sí. Tajante. Indudable. El polvorín de siglos, de muchos años por decir menos, empieza a encontrar cada vez más mechas en su depósito. Y ojo, si bien podría ser que el cuerpo no fuera el receptor, si lo es la psique dañada que tenemos. No hay conciliación.

¿Hemos llegado entonces a un tope? Creo, sin querer sonar alarmista, que ese nivel se rebasó hace mucho tiempo. Hoy los partidos, los políticos agrupados en sus trincheras, empiezan a plantear reformas electoreras, sin una realidad convicción de cambio. Sin atacar a la raíz que está enferma. No. No es el dinero. Es el resultado. Porque en lo poco o en lo mucho que pudieran robar, el daño seguirá siendo devastador.

Una real reforma debe contemplar aspectos revolucionarios reales. No la disminución de representantes. Sí a la desaparición de su fuero e impunidad. No la búsqueda de menos privilegios plasmados en papel, sino de aquellos “beneficios” tras bambalinas que son los motivos reales de su “carrera” política. No urge que disminuyan los partidos, sino que estos recuerden para qué fueron creados: para educar y formar a personajes capaces de lograr la transformación social.

Hoy día, estamos más cerca de celebrar el día de la descomposición social, que de reconocer a aquellos que, con su noble y desinteresada contribución (más allá de un sueldo), logren dar un cambio. Urge que los políticos en la presente reforma electoral logren de una vez sentar las bases para una Revolución. Urgen castigos severos. Urge que, con plena conciencia y trasfondo, los verdaderos “Traidores a la Patria”, que son toda nuestra clase política, encuentren su salida definitiva del escenario de país y den paso a nuevas corrientes pro México.

Urge que un día, cualquier día, todos los días, levantemos el rostro y podamos sentirnos conformes y satisfechos de su trabajo. Urge que un día, de lo profundo de nuestro corazón, podamos sentir orgullo y desear celebrar a aquellos políticos que hicieron la Transformación. Con el número que quieran. Le urge a la sociedad celebrar “El día del político mexicano”. Esta vez no solo les pido perdón por su tiempo, sino por lo imposible de mi comentario. Eso sí, como siempre, agradezco su lectura. Buena semana para todos.

Compartir noticia en:
Share
Entrada anterior

Gobierno de BCS no será rebasado por desastres naturales: Omar Zavala

Siguiente entrada

Se mantiene Baja California Sur con cero muertes maternas durante 2022

Javier Rodríguez Canseco

Javier Rodríguez Canseco