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#OPINIÓN | LAS CUENTAS CLARAS

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Los mexicanos padecemos terriblemente cuando se trata de números. Las matemáticas, aún las más básicas, se dificultan grandemente. Mitad por la aversión que provocan, mitad porque los procesos matemáticos están relacionados con la lógica. Y no podemos negar que ese tipo de pensamiento no es todo, menos común. Por lo mismo, es fácil que podamos engañarnos en números, porcentajes, prorrateos, presupuestos y, sobre todo, rendición de cuentas de los servidores públicos.

El pasado jueves corrió el rumor, el cual se confirmó el viernes en “la mañanera”, programa de entretenimiento conducido por el presidente de la república, con tintes de información, que se había iniciado un proceso en contra del expresidente Enrique Peña Nieto, por transferencias presuntamente ilegales por 26 millones de pesos. Si, 26,000,000 de pesos. Una cantidad que para el 99% de los mexicanos es inalcanzable. Pero considerando que el gobierno anterior produjo alrededor de 35,000,000,000,000 en recaudación, pues entendemos que suena ridículo.

Simplemente, el avión presidencial tiene un costo de 3,000,000,000 de pesos. La “barda de Calderón”, una inversión de 100,000,000,000 de pesos. Y si hablamos del dinero tirado a la basura en este sexenio en la cancelación del NAIM, o el excedente de presupuesto gastado en la Refinería de Dos Bocas, o el Tren Maya, esos números vuelven extremadamente ridículo el número de la acusación de la UIF. No podríamos compararlo con el dinero en sobres de cualquiera de los familiares del presidente, pero seguramente superan por mucho las transferencias de EPN.

Antes de que empiecen a volverse locos los simpatizantes del presidente AMLO, recordemos que es una frase central e inspiradora él constantemente decir: “PERO EL PRI ROBO MÁS”. Así que no se pueden quedar atrás. Por lo mismo, iniciaron la revisión a empresas “ligadas” al ex presidente. Ojo, como suele suceder a este gobierno inconsistente, lo que sea lógico para un lado, no lo será para el otro. Es decir, la relación existente entre la nuera de AMLO, llevada y traída en temas petroleros, implicando al hijo que nunca pudo decir cuánto ganaba (malditas matemáticas), no tendrá la misma forma de analizarse que las transferencias de Peña.

Y puedo asegurar que la mayoría de los mexicanos lo que deseamos profundamente es que no exista criterio selectivo. Que caiga el expresidente Peña si cometió delitos que lo enriquecieron ilícitamente (algo que afirman 10 de cada 9 mexicanos). Perdón en la frase anterior, malditas matemáticas. Pero también que sean revisados a fondo todos los actuales administradores y funcionarios públicos. Los cuales están llenos de acusaciones, cabe decirlo.

Pero el otro clamor que se vuelve como un reclamo por la estupidez en su momento, es que la consulta realizada para enjuiciar a expresidentes no consiguió el quórum mínimo. Ahora resulta que, sorpresa sorpresa, no era necesario realizar dicha consulta para poder iniciar un proceso de auditoría, y fincar procesos en contra de aquellos ex que tienen alto sospechosismo de haber defraudado a la tesorería pública. Así que, más allá de habernos visto la cara a los mexicanos la 4T, debemos agregar al dinero tirado el costo de dicha consulta.

Vamos, creo que siendo sumamente estrictos, el dinero gastado en los arranques de campaña de Estado de México y Coahuila por la cuatrera, probablemente hayan rebasado los 26 millones de pesos, ya incluyendo los acarreos, boletos de avión, alimentos, pero sobre todo, la entrega de pintura para bardas y panfletos para entregar de mano en mano, tal cual se debe de llevar la palabra del Señor… Presidente. Así que, nuevamente, esperando que el proceso iniciado no sea solo un evento populista más, podría salir más barato lo transferido que lo gastado por los actuales.

Entre los números y números que seguirán saliendo, esperamos que los ridículos números que le imputan al expresidente Peña hasta ahora crezcan, por la dignidad a la esperanza rota de los mexicanos de que podría haber un poco de justicia. Hemos llegado al punto de que nos conformamos con tan poco por parte de los políticos, que hasta la burla del viernes podría ser vista como un buen paracetamol para la fiebre de justicia de los ciudadanos. Es claro que, LAS CUENTAS CLARAS, es una de las ilusiones más alejadas a la idiosincrasia mexicana. Gracias por el tiempo y la lectura. Que tengan una gran semana.

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