Es encantador como el lenguaje diario está lleno de expresiones que usamos sin desparpajo alguno, aún sin entender de buena manera su real significado. La utilizada en el escrito de hoy es una de las más conocidas, que realmente no son usadas con un buen trasfondo en mi opinión. Si no está de acuerdo, que el lector me lo demande. Pero créame: siempre trato de ofrecer, a quienes pierden su tiempo leyéndome, el mejor y más objetivo de los escritos que puedo dar.

Ayer, domingo 17 de abril de 2022, la Cámara de Diputados de nuestro país vivió una de las jornadas políticas que quedarán como históricas. No cometamos el error de pensar que esto fue cosecha de un día. Ayer solamente se concluyó un proceso de reforma constitucional de más de un año de trabajo. Y deseo de imposición. Espero poder señalar la mayor parte de los procesos para juzgarlos por separado.

Debo empezar por decir que en México existe una fantasía que se llama “División de poderes”. Es una de esas cosas que, en teoría, permiten a nuestro país ser considerado una democracia. Hablaremos hoy de dos de ellos, para el caso de la Reforma Energética: el ejecutivo (presidente) y el legislativo (diputados solamente). El ejecutivo tiene por ley el derecho de mandar iniciativas a consideración de los diputados, el pueblo representado, para que estas sean discutidas, aprobadas, modificadas, rechazadas, etc.

Nuestra democracia no tendrá el crecimiento necesario cuando un poder se ponga por debajo de otro. En ninguno de los tres lados. Pero sabemos que somos una nación presidencialista, porque mucha gente aún cree, equivocadamente, que el presidente es el máximo poder. Y es por esta idea equivocada que, a mi gusto, empezó a cavarse la tumba de su propuesta. Frases desafortunadas como: “ya le dije a mis diputados que no le cambien ni una coma a la iniciativa” fueron desatinos para muchos. O grandes apuestas de una mente maquiavélica. Lo sabremos en un par de años, cuando en campañas este evento sea recordado y medido.

Ante este episodio, la “oposición” en el Congreso ofertó una serie de cambios para la aprobación de la mencionada iniciativa. Demandaban que esos doce puntos fueran anexados. Oferta y demanda, negociación que prolongó los tiempos de la votación. Hasta que finalmente, parecían haber llegado a un arreglo. Pero unos y otros alegaron trampa de su contraparte, al grado de la “oposición” anunciar su negativa final. Eso se manifestó ayer. En el inter de esto, un diputado de apellido Aysa González terminó cediendo, siendo la única baja del lado “PRIMCANRDISTA” (tan complicado como que den un buen resultado). Todo parece indicar que las huestes del presidente (me duele decirle así a los diputados de MORENA, al no ser libres) lograron agarrar en bajada al diputado. Esto con la promesa de una embajada para su padre, la cual ahora podría ser cancelada por el Senado. Así que, aunque la OFERTA de aprobar la ley fue cumplida, podría ser que la DEMANDA de la “Oposición” sea cumplida.

Y finalmente, la esperada votación. El “ofrecido” rechazó de la iniciativa, demandada por los representados de la “Oposición”, quienes dieron seguimiento a esto dentro de las redes. El festejo de una parte, bajo el grito incesante de traidores a la nación de la otra. Una nación que, como ya habíamos señalado en un artículo anterior, es la patria de un solo hombre. A eso se ha reducido un país de 120 millones. Y una real representación de que las cosas no han cambiado, ni transformado, mutado o como quiera decirle: Un presidente que hizo pagar caro a sus “legisladores”, queriendo imponer, y un grupo que demuestra que la división en México es grande. Pero que no es mitad y mitad. Hay una ligera superioridad en la parte representada por MORENA.

Hoy, nos levantamos con el discurso dolido de un hombre que siente encarnar a cada latido mexicano. Una oposición que celebra que no hubo ley. Que el trabajo está desecho. Un frente legislativo de estado que, para disimular lo que no se puede, cambiaron sus cánticos a “es un honor estar con la Nación”, buscando disimular su poca autoestima y convicción personal de su importante labor. Y queda para epitafio a esto, saber que la OFERTA política en México es pobre, muy lejos de lo que nuestra necesidad DEMANDA. Perdón por su tiempo y gracias por su lectura.

Compartir noticia en: