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OPINIÓN | NO SE ADMITEN RESERVACIONES

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Recuerdo cuando asistía al teatro de la ciudad de La Paz a alguna obra de la escuela de mis niños, o bien, a algún recital de ballet de mi sobrina o mi hija. Recuerdo las largas filas que se hacían por más de una hora, con la intención de poder encontrar un buen lugar desde el cual poder observar cada detalle. Incluyendo los probables errorres, los cuáles eran incluso muy divertidos. Tan pronto abrían las puertas, un grupo de jóvenes salían rápidamente con la intención de “reservar” los mejores asientos, no solo para ellos, sino para toda la familia que les acompañaría, incluyendo gente que llegaría ya comenzado el evento. Cada quien tendrá su opinión de esta práctica, pero a mi gusto siempre la encontraba de mal gusto. Cuando tu reservas indebidamente, no permites que los demás puedan tener una oportunidad de apreciar el panorama completo. Incluso me he llegado a preguntar si esto es una forma de corrupción. Y claro, mi opinión no tiene nada que ver con que siempre me formaba, pero tenía 25 kilos de sobrepeso, lo que hacía la tarea muy complicada. Pero no es de ahí mi coraje. Jajajaja.

En pasados días, sin esperarlo, al menos para un servidor, me despierto con una noticia que pensaba que era solo una intención. Para después darme cuenta que es ya un decreto. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, emitió un decreto mediante el cual las obras públicas que él determine serán consideradas asuntos de seguridad nacional. Es decir, que tendrá un camino llano y rápido para llevarse a cabo, sin la necesidad de tomar parecer, recibir amparos molestos, pero principalmente, sin rendir cuentas a nadie. Lamnetable y despreciable a mi parecer dicha actuación del presidente, por dos razones que me permitiré desarrollar.

Primero, y esencial, es que los actos de gobierno principales, prioritarios, fundamentales y relevantes, a los que coloquialmente se les llama “legado”, deberían de ser aquellos que guarden la mayor transparencia. Deben ser impolutos. Libres de mancha. Y no solo falla en lo anterior, sino que además los blinda. En un país acostumbrado a que nos desvíen la atención a otro lado de donde se cometen las trasgreciones, el Gobierno de México decide mostrar su músculo, y hacer caso omiso de la lógica mínima en temas delicados. El mismo lo revela en su mañanera, al argumentar su cansancio de que le “cuestionen” sus mandatos, o como se diría en argot legal, que le presenten amparos. Pero por si fuera poco, este “golpe en la mesa”, llamado decreto, sale después de que se inician severos cuestionamientos sobre la forma en que se está gastando el dinero. Y sobre todo, quienes son los beneficiarios. Bajo el discurso de: son mis opositores, en lugar de dar luz, realiza uno de los movimientos mas oscuros y sucios que podría haber realizado. Para muchos que hemos comentado el tema, el 22 de noviembre de 2021 será recorradado como el fin del gobierno democrático del periodo de Andrés López. Para muchos solo fue la confirmación.

Segundo, el precedente que se sienta, sobre las bases del vacío asunto de “seguridad nacional”, sirve para un juego macabro que, en los países de sistemas populistas perpetuados, ha sido la moneda de cambio en los sistemas polícitos, para convertirse en régimenes. No es que no lo fueran antes, solo es la declaración abierta y directa de que la transparencia y rendición de cuentas es solo para los mortales, no para estos diose politicos necesitados de mostrar su omnipotencia. El argumento es sencillo: si lo hago yo es porque está bien. No importa lo que los demás piensen. O como decimos vulgarmente: por mis… y usted acomplete. La realidad es que la democracia mexicana es un pastel muy insípido que no cansamos de hornear cada seis años. Prueba y error. Se vendrán trea años de saqueo, crisis, devaluación y lamentos. Al menos eso apunta este momento. Esos son los ingredientes. El decrecto me da la impresión que responde a que el concinero en turno se ha dado cuenta que ya lo hecho todo a perder, que jamás supo como hacer la receta y no quiere que nadie lo vea, nadie la pruebe y nadie opine sobre lo malo que puede ser. No olvidemos que el platillo era propio de un palacio, pero al parecer no pasará de la basura en tan solo unos años.

Probablemente esta dolorosa muestra de corrupción, falta de transparencia y violencia política me deja mal sabor por la analogía con la comida. Los tragones tenemos consideraciones muy altas por los platillos. O tal vez, por que rememoró aquellos pasados días donde tenía que estar siempre hasta atrás (sentado, no en modo presidencial), porque no alcanzaba a “reservar”. Cuando en realidad era para no tapar a nadie. Que todos pudieran ver claramente, incluyendo los errores o, tal vez, mal actuar. Por las razones que hayan sido, encontramos que la trasnparencia, rendición de cuentas, honestidad y todos los valores que pregona acertadamente la filosofía de la 4T se han ido por el caño en un instante, lo que duró promulgar un decreto. El 22 de noviembre, el día que el cristal político mexicano recibió paladas de tierra, fue obsurecico, sepultado y llevado a la mas infame de las traiciones: catalogar como seguridad nacional algo que no debemos ver los mexicanos. ¿No le parece incongruente? Bueno, es que es para la seguridad de algunos, no de los de a pie. Si llegó hasta aquí, gracias. Bonita semana.

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