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#OPINIÓN | REACTIVACIÓN ECONÓMICA Y PROGRAMAS SOCIALES

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En el centro de la ciudad. Una mujer con estudios, va de su casa al colegio de sus hijos. Gimnasio, cafés y desayunos. Realizar trabajo de oficina. Impartir clases. Avanzar en una publicación. Pensar donde vacacionar. Los mismos lugares. Casi la misma ruta. Un mundo resuelto con seguridad social.  Tal vez ideal.

A las orillas de la misma ciudad. Una mujer sin estudios camina con angustia y preocupación en el medio de un basurero donde busca entre la miseria algo de cartón, plástico, ropa… algo que sirva para vender o llevarlo a sus hijos. Vive en una colonia con asentamientos irregulares considerada zona de riesgo, sin documentos que avalen su propiedad. Sin agua y drenaje. Sin seguridad social.

Alguien pudiera pensar, que la primera mujer aprovechó las oportunidades. Y la segunda no lo hizo. La realidad es que la primera mujer tuvo oportunidades de estudio que le fueron conferidas en un hogar que logró los alcances para ello. La realidad es también, que la segunda mujer no tuvo ninguna oportunidad para estudiar en un hogar donde el desafío diario era  básicamente sobrevivir.

En el 2020, de acuerdo a las mediciones del CONEVAL, en México existían casi 56 millones de pobres quienes manifestaban en menor o mayor rango los siguientes indicadores de carencia social:   rezago educativo, servicios de salud, carencia por calidad y espacios de vivienda, carencia por acceso a servicios básicos de vivienda, carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, entre otros.

Y todavía hay quien está en desacuerdo con los programas sociales. ¿A dónde creen esas personas que va a parar el dinero de las pensiones a los adultos mayores, becas y apoyos para personas con discapacidad?, ese dinero  se destina principalmente a atender las necesidades y carencias señaladas en el párrafo anterior. En el ámbito económico permite además mantener el consumo, es decir, el dinero permea a la base social logrando que se sostenga el abasto.

En el 2018, el presidente de la República recibió un país con una desigualdad social exorbitante cuyo principal reto ha sido atender la pobreza. Un mal que no se resolverá en un sexenio, pues se requieren décadas para salir de los estragos de la miseria, según especialistas.

La gran pregunta es ¿Cómo financiará el estado, el aumento necesario y urgente en los programas sociales para atender el gran rezago social de la  mayor parte de su población?, recordemos que aumentar el gasto público a un ritmo mucho mayor que los ingresos del gobierno, ha sido uno de los motivos principales de nuestras crisis económicas.

Tomé algunos datos del Presupuesto de Egresos de la federación para el ejercicio 2022, del Ramo Administrativo relativo al gasto programable a efecto de visualizar que las partidas de Educación Pública, Bienestar y Salud son quienes reciben mayor presupuesto y las partidas que pudiéramos llamar productivas o generadoras de ingreso, reciben la menor cantidad. (Gráfica 1).

Fuente: Elaboración propia con dados del PEF 2022.

Si la prioridad es atender la desigualdad social y para ello se requieren mayores recursos para destinar a los programas sociales, ¿no deberían aumentarse también las partidas que promuevan la reactivación económica?

El reto es enorme, México requiere liderazgo, tenacidad,  conocimiento y empatía para entender que donde permea un olor acre, no hay sociedad.

Gracias por llegar hasta aquí.

¡Nos vemos a próxima semana!

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Lavinia Núñez

Lavinia Núñez

Lavinia Núñez Amao es doctora en Bioeconomía, cursó las licenciaturas en Negocios Internacionales y Derecho. Ha estudiado en México y en el extranjero. Cuenta con estudios en Desarrollo Sustentable y Marketing internacional.

Cuenta con 20 años de experiencia desempeñándose en la función pública y privada, principalmente en el área de cadenas productivas, desarrollando estrategias para impulsar la comercialización de los productos sudcalifornianos.
Empresaria.

Miembro del sistema nacional de Investigadores. Catedrática en la universidad Autonóma de Baja California Sur. Cuenta con investigaciones científicas publicadas. Escritora por afición.